La protagonista de esta historia piensa que el loro es un animal extraordinario: hace trucos y repite palabras… pero no es una pantera. Y un gato podría tener el mismo color negro y sedoso… ¡pero tampoco es una pantera!
Con humor y encanto, esta niña defiende y concilia su deseo por una pantera que acune a sus amigos entre sus potentes patas. «Una pantera me acompañaría sigilosa y calladita a casa de mi amiga. Una pantera no temblaría ante esos bravucones de la escuela»
Advertencia: Las existencias de nuestro sistema no son precisas al 100%, por lo que antes de dirigirte a una de nuestras sucursales, te recomendamos que llames por teléfono para confirmar su disponibilidad.